Profanaron la tumba de Azul Montoro, la joven trans que fue asesinada brutalmente
Es la segunda vez que irrumpieron en el Cementerio Municipal de Villa Mercedes. La familia pide que la “dejen descansar en paz”.
La tumba de Azul Montoro, quien fue asesinada de 17 puñaladas mientras ejercía la prostitución en Córdoba, fue profanada la semana pasada.
De acuerdo a lo que informó en diálogo con elchorrillero.com su hermano, Hernán Espinoza, no es la primera vez que la familia sufre este tipo de hechos. Tiempo atrás destrozaron la totalidad del vidrio que cubre el nicho.
En aquella oportunidad, amigos y familiares de Montoro juntaron dinero y repararon los daños, con la particularidad de que invirtieron en un vidrio blindado de 5 milímetros de espesor.
El miércoles pasado volvieron a romperlo y esta vez se llevaron pertenencias. “Sacaron una imagen de San Expedito, de quien ella era devota, un peluche y una cadenita de oro”, detalló Espinoza.
Efectivos de la Unidad Regional II pudieron rescatar la imagen, pero por el momento el resto de las pertenencias no aparecieron.
Además tampoco accedieron a detalles puntuales de las cámaras de seguridad del cementerio.
“Fui a ver si había imágenes pero me dijeron que de las 30 cámaras que tienen, solo funcionan 14, aun así el personal del cementerio no tiene acceso a las mismas, sino que eso lo ven desde la Municipalidad”, señaló.
“Queremos saber quién es el responsable de esto para ver por qué hizo tanta maldad. Es difícil romper ese vidrio, tenés que atacarlo brutalmente para dañarlo y nadie vio ni escuchó nada”, aseguró.
Por el momento la familia sólo recurrió a llevarse a su domicilio los objetos que quedaron.
“La vez anterior rompieron la tumba por daño, por maldad, esta vez se llevaron cosas; la bronca nuestra es que no nos dan una solución en el cementerio, incluso teniendo las cámaras. Ella ya no está con nosotros, por lo menos dejen que descanse en paz”, agregó.
El terrible asesinato
La joven oriunda de Villa Mercedes tenía 24 años al momento de su muerte. Se encontraba trabajando en la prostitución en la capital cordobesa, cuando el 18 de octubre de 2017 fue brutalmente asesinada por un cliente.
El imputado, Fabián Antonio Casiva, la golpeó en la cabeza, le propinó 17 puñaladas, le cortó la oreja a su mascota, le robó dinero y el celular.
El caso generó conmoción y ahora puede marcar un precedente en la Justicia argentina.
Casiva había sido imputado por homicidio simple, pero por un reclamo de la querella, organizaciones que acompañan el caso y el fiscal Guillermo González, se cambió la calificación a “homicidio agravado por violencia de género”.
Así el caso pasaría a ser un femicidio. Además Casiva será juzgado por hurto calamitoso y violación a la Ley Nº 14.346 de protección a los animales contra actos de crueldad.